Cómo interpretar tu regla según su color, duración e intensidad

El pasado 30 de agosto el Consejo de Ministros aprobó una medida que permitirá a las mujeres acogerse a una baja médica para no tener que trabajar durante las menstruaciones dolorosas, tal y como recoge la Ley Orgánica sobre Salud Sexual y Reproductiva. Se trata de la primera ley que reconoce «los derechos menstruales y la lucha contra el silencio histórico de la menstruación», según palabras de la ministra de Igualdad, Irene Montero.

Al margen de esta medida «histórica» lo cierto es que según los expertos, cada vez es más frecuente que las mujeres acudan a consulta por alteraciones en el ciclo menstrual. Teniendo en cuenta su duración, la cantidad de manchado en la regla, el dolor durante el proceso y hasta la consistencia del sangrado, es posible evaluar la salud femenina. Así lo asegura Antonia González, bióloga y embrióloga en Onêt, quien matiza que es fácil confundir el ciclo menstrual con la menstruación, «cuando realmente la regla solo es una parte del ciclo que nos puede aportar mucha información de nuestra salud, pero el resto de los días también nos ayudan a saber qué ocurre en nuestro organismo. Se trata de un proceso hormonal que ocurre desde el primer día de la regla hasta la siguiente menstruación».

Señala esta experta que las hormonas femeninas «están afectadas por nuestro sistema nervioso e inmune y, por tanto, sus alteraciones pueden influir en el ciclo menstrual. «Una de las alteraciones que nos encontramos últimamente en consulta son menarquía demasiado temprana o demasiado tarde; es decir, que las niñas que tienen la primera regla la tienen antes de los 11 años o más tarde de los 13 años, y este hecho ya nos está indicando que podría haber alguna alteración que dé la cara unos años después como, por ejemplo, en forma de endometriosis o síndrome de ovario poliquístico, pero es importante siempre personalizar y ver el caso en consulta para determinar si realmente hay alguna alteración», sostiene.

La duración del ciclo menstrual puede ser de 26-35 días, siendo lo más habitual los ciclos de 28 días. En el caso de que estos sean más cortos o largos, también puede estar dando una pista de alguna alteración hormonal o ginecológica.«Si nos focalizamos en la fertilidad —explica— el hecho de tener ciclos más largos podría ser un indicativo de que no se está produciendo una ovulación óptima o, incluso, que no se produce la ovulación, y en ciclos cortos también nos estaría avisando de desarreglos hormonales que afectarían además a la maduración del óvulo».

El volumen del sangrado de la regla también aporta información relevante. «Si tenemos un sangrado abundante puede ser indicador de un exceso estrógenico, presencia de miomas, endometriosis, síndrome de ovario poliquístico, hiperplasia endometrial (crecimiento excesivo del endometrio), alteraciones en la coagulación sanguínea… El caso contrario, que haya muy poco manchado durante la menstruación, podría indicar que el endometrio que se forma es muy fino por una alteración hormonal o que hay un factor anatómico que lo provoca».

El sangrado fuera de la menstruación es también, asegura la experta, «un problema que vemos mucho últimamente en consulta, sobre todo manchados en la fase lútea (desde la ovulación hasta la regla). Puede deberse a diversos factores, desde infecciosos hasta hormonales e incluso anatómicos (pólipos o miomas), pero el que más se repite es que muchas mujeres tienen una fase lútea deficiente, ya sea porque no ovulan y no generan progesterona o porque sí ovulan, pero la progesterona que genera el ovario no es suficiente para mantener el endometrio en condiciones óptimas. En el caso de estar buscando embarazo es un dato para tener en cuenta».

El dolor durante la menstruación, o incluso en la ovulación, es una información importantísima a tener en cuenta «porque la regla o la ovulación no debería doler». Explica que por el proceso hormonal e inflamatorio que se produce las mujeres pueden sentir molestias, «pero no es normal que el dolor nos condicione y que se necesite de medicación», asegura la embrióloga.

El dolor menstrual esconde detrás, en muchos casos, una enfermedad cada vez más presente en la sociedad moderna, la endometriosis, «pero podríamos encontrar otros orígenes, exceso estrogénico, inflamación crónica de bajo grado, miomas, infecciones, síndrome de ovario poliquístico, quistes ováricos… aunque por mi experiencia la patología que más se relaciona con el dolor menstrual es la endometriosis».

La duración de los días del sangrado menstrual también nos puede indicar alteraciones hormonales, tanto en exceso como en defecto. La duración de los días suele oscilar entre 3-6 días. Normalmente, conforme la mujer va teniendo más edad, los días de sangrado se acortarán.

El color de la menstruación es también un indicador interesante para conocer qué está ocurriendo en el cuerpo de la mujer. «El tono de la sangre debe de ser rojo vivo, en el caso de que la menstruación sea color marrón nos indica que es sangre «vieja» y dependiendo del tiempo que dure este manchado marrón podría indicarnos alteración hormonal. Si la sangre es color naranja puede ser indicador de una infección. Y en el caso de que sea negra y vaya acompañada de mal olor puede indicar también una infección. Y las mujeres que están tomando hormonas anticonceptivas pueden experimentar sangrados rosáceos».

Por último, esta experta destaca que la presencia de coágulos consistentes en la menstruación puede ser señal de alguna alteración hormonal o de la coagulación sanguínea.